Oi Skall Mates: Ska nipón que encendió la CDMX

Por Lalo Fierro / @lalo.fierrog
La noche del sábado en la Ciudad de México se convirtió en una fiesta inolvidable al ritmo del ska, cortesía de Oi Skall Mates, quienes llegaron desde Japón para poner a bailar a todos en el Foro Veintiocho. La velada arrancó con un ambiente cargado de energía, con la participación de Travelers All Stars, que prepararon el terreno con su característico «rocksteady gordo».
Los encargados de abrir la noche fueron los Travelers All Stars, quienes demostraron por qué su estilo de reggae instrumental es tan efectivo. Con melodías sin letras y ritmos contagiosos, lograron que el público se moviera al compás de los bajos profundos y los acordes de órgano. Cada canción fue una invitación a dejarse llevar, con la banda disfrutando tanto como los asistentes. Desde el baterista hasta los guitarristas, todos transmitían una energía única que contagió a la audiencia.
Con temas que exudaban buena vibra, los Travelers lograron calentar motores para lo que sería una noche épica. Su música relajante y movida a la vez fue el preludio perfecto para la explosión de energía que traería el acto principal.
La llegada de Oi Skall Mates al escenario desató una oleada de emoción. Vestidos al más puro estilo del pancracio mexicano, recordando al mítico Cavernario Galindo, los músicos japoneses demostraron que el ska trasciende culturas y fronteras. Desde el primer acorde de «Nishiogi Tokyo», el Foro Veintiocho se transformó en una pista de baile donde no hubo lugar para quedarse quieto.

Durante una hora intensa, la banda desgranó un Setlist de 25 canciones, manteniendo a la audiencia en un constante vaivén de baile y slam. Desde los más elegantes con trajes y sombreros hasta los más rudos con chalecos llenos de parches, todos dejaron el alma en la pista. Incluso los asistentes más jóvenes se unieron al éxtasis musical, disfrutando cada nota, aunque no entendieran las letras en inglés o japonés.
La conexión entre público y banda fue total. Canción tras canción, sin pausas largas, Oi Skall Mates demostró su talento y carisma, llevando al límite a los asistentes que se entregaron por completo. Momentos como el encore, donde lanzaron avioncitos de papel al público, comenzaron a sonar los acordes de uno de sus más grandes clásicos que la mayoría de los asistentes estaba esperando y dieron paso a “Nutty Sound” antes de cerrar con «Never Die», mismos que quedarán grabados en la memoria de todos.
La noche fue un recordatorio de que la música, especialmente el ska, es un idioma universal capaz de unir culturas y generaciones. Oi Skall Mates se despidió dejando una estela de energía, baile y felicidad, mostrando que su conexión con México sigue siendo inquebrantable.
