Haggard en la Carpa Velódromo: Una Sinfonía de Épica y Emoción en la CDMX

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Por Lalo Fierro / @lalo.fierrog

Haggard en la Carpa Velódromo: Una Sinfonía de Épica y Emoción en la CDMX

El pasado 22 de abril, la Carpa Velódromo de la Ciudad de México se transformó en un templo sonoro donde Haggard, la banda alemana de metal sinfónico, ofreció un recital inolvidable. Con una fusión magistral de música clásica y metal, el grupo liderado por Asis Nasseri llevó al público a un viaje musical que abarcó siglos de historia y emoción.

Una Apertura de Precisión Matemática

La noche comenzó puntualmente a las 20:00 horas con la presentación de Obesity, banda mexicana de metal progresivo instrumental. Con una ejecución impecable y una energía arrolladora, el grupo preparó el terreno para la llegada de Haggard, dejando al público ansioso por lo que estaba por venir.

El Despliegue de una Orquesta Metálica

A las 21:10 horas, las luces se atenuaron y una introducción orquestal anunció la entrada de Haggard. Con 18 músicos en escena, incluyendo violinistas, flautistas, guitarristas, tecladistas y vocalistas tanto líricos como guturales, la banda ofreció una experiencia sonora única. El repertorio incluyó piezas emblemáticas como «Pestilencia», «Heavenly Damnation», «The Final Victory», «Of a Might Divine», «The Sleeping Child», «La Terra Santa», «Seven From Afar», «Tales of Ithiria», «Per aspera ad astra», «The Observer», «Herr Mannelig», «Awaking the Centuries», «Eppur si muove», «In a Fullmoon Procession» y «Upon Fallen Autumn Leaves» .

Un Gesto de Respeto Profundo

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue la interpretación instrumental y acústica del Himno Nacional Mexicano, ejecutado con flauta, violines y piano. Este gesto de respeto profundo hacia el país anfitrión fue recibido con ovaciones y aplausos por parte del público.

Un Cierre Poético

Para cerrar la noche, Haggard interpretó «Hijo de la Luna», una adaptación del clásico de Mecano. Con una voz femenina que flotaba entre las notas, la banda ofreció una versión dramática y conmovedora que dejó una impresión duradera en los asistentes.

El concierto de Haggard en la Carpa Velódromo fue más que una presentación musical; fue una experiencia sensorial que combinó la majestuosidad de la música clásica con la intensidad del metal. Con una producción impecable y una conexión auténtica con el público mexicano, la banda demostró una vez más por qué es considerada una de las más destacadas en su género.

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