Liran’ Roll y La Castañeda hicieron historia en el Parque Naucalli
El pasado fin de semana, el Parque Naucalli se convirtió en el epicentro del rock nacional con el concierto de Liran’ Roll y La Castañeda, un evento organizado por Orange Gigs que reunió a miles de fanáticos dispuestos a vivir una noche legendaria.
Desde los primeros minutos, la emoción se apoderó del público, que respondió con cánticos, aplausos y una energía desbordante.
Liran’ Roll: pasión, barrio y sentimiento
Liran’ Roll ofreció una presentación llena de energía y sentimiento. Con su característico toque urbano y letras que reflejan la vida cotidiana, Toño Lira y su banda demostraron por qué siguen siendo una de las agrupaciones más queridas del rock mexicano.
Canciones como María, El Perdedor y Barco Azul hicieron vibrar el escenario, conectando con los corazones de los asistentes y provocando un coro masivo que retumbó por todo el Parque Naucalli.
La Castañeda: teatro, oscuridad y arte en movimiento
El turno de La Castañeda fue un despliegue de arte escénico y fuerza musical. Con una puesta en escena impactante, juegos de luces, máscaras y dramatismo visual, la banda transportó al público a su universo místico y provocador.
Salvador Moreno y compañía ofrecieron un recorrido por su historia con temas emblemáticos como Noches de tu piel, Cenit, Transfusión y La fiebre de Norma, demostrando que su legado artístico trasciende generaciones.
Cada canción fue una experiencia sensorial, un performance que combinó el rock con la teatralidad que caracteriza a La Castañeda, dejando al público hipnotizado y completamente entregado.
Un éxito total en el Parque Naucalli
El concierto de Liran’ Roll y La Castañeda en el Parque Naucalli fue un éxito rotundo que reafirma el poder y la vigencia del rock mexicano.
La organización impecable de Orange Gigs, la entrega de las bandas y la respuesta del público crearon una atmósfera mágica que quedará grabada en la memoria de todos los asistentes.
Un Lugar excepcional para los conciertos
El concierto de Liran’ Roll y La Castañeda en el Parque Naucalli fue mucho más que un evento musical: fue una celebración de identidad, historia y pasión.
Ambas bandas ofrecieron una noche que unió generaciones y confirmó que el rock mexicano sigue latiendo con fuerza y autenticidad.
